La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de
Alcalá de Henares creó el Premio Cervantes Chico para promover la afición a la
lectura entre los más jóvenes.
Ahora que está a punto de celebrarse la XX edición,
quizá podamos preguntarnos si se ha logrado el objetivo propuesto: ¿Ha sido el
Premio Cervantes Chico un buen prescriptor de literatura infantil y juvenil?
¿Ha creado lectores? ¿Son leídos los premiados?
Antes de nada, conviene recordar que el premio ha
sido fiel a sus principios. A lo largo de los años ha seguido de cerca la
evolución de la literatura infantil y juvenil. Podría decirse que el Premio
Cervantes Chico se ha mantenido cerca de la más rabiosa actualidad literaria,
como demuestra la lista de premiados.
Y ha sabido abrirse a los tiempos que corren.
La literatura infantil y juvenil actual no es igual
que la del siglo pasado. En aquellos tiempos, los autores vivían en su torre de
marfil y apenas tenían contacto con sus lectores. Actualmente, las cosas han
cambiado; ahora se comunican con sus lectores a diario y saben lo que piensan
instantáneamente. Las redes sociales han contribuido de manera muy activa.
Las bases del premio dicen claramente que se valora
positivamente la visibilidad y acercamiento que un autor tiene con sus
lectores. Y es que la comunicación es fundamental en estos tiempos. Ya pasó la
época en que los autores se reunían en tertulias casi secretas sin tener en
cuenta los gustos literarios de sus lectores, ignorando sus necesidades
literarias. Ahora, los escritores se comunican de forma muy fluida con ellos y
saben si sus textos llegan al corazón de aquellos que les leen.
El Premio Cervantes Chico nunca ha entregado el
galardón por las grandes ventas de un autor, lo ha entregado por haber creado
lectores, que es muy diferente. Las ventas no tienen nada que ver con la
lectura. Lo importante no es lo que se venda, lo importante es la cantidad de
lectores que genera.
Y ahí está la clave de este galardón: los autores y
autoras que poseen el Premio Cervantes Chico son muy leídos y han creado
lectores que les siguen con pasión.
Así que, de alguna manera, el Premio Cervantes Chico
ha cumplido a lo largo de estos años con la misión que le fue encomendada.
Y nos felicitamos por ello.