sábado, 16 de julio de 2016

EL EJEMPLO DEL PREMIO CERVANTES CHICO




 
No hay nada mejor que dar ejemplo para enseñar cosas a los niños.
Si lees, ellos leen.

Si practicas la igualdad, ellos también.
La igualdad se puede aprender desde una edad muy temprana.

O la fomentamos o no la aprenden.

Y la mejor forma de fomentarla es con el ejemplo.
Y no se nos ha ocurrido ningún ejemplo mejor que el de ser justos e igualitarios en la entrega de premios: de los 20 galardones que hemos entregado, 10 han sido para autores y otros diez para autoras. Mitad y mitad. Igualdad.

10 mujeres y 10 hombres poseen el mismo galardón.
Eso se debe a la voluntad de los organizadores que han querido tener en cuenta a ambos sexos, tratarlos por igual, con el mismo respeto y sin necesidad de aplicar ninguna política de protección.

Ha sido cuestión de voluntad. De la voluntad de ser igualitarios.
Y nos sentimos muy satisfechos por ello.

Es una enorme satisfacción haber convertido el Premio Cervantes Chico en un premio igualitario.
Por eso agradecemos su apoyo a los que vieron con buenos ojos la alternancia que pusimos en marcha hace ya muchos años.

Definitivamente, el ejemplo es la mejor forma de enseñar cosas a los niños, a los adultos y a todo el mundo.

Lo hemos hecho por los niños y las niñas.
Con todo cariño. Con todo respeto.

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