No hay nada mejor que dar ejemplo para enseñar cosas a los niños.
Si lees, ellos leen.
Si practicas la igualdad, ellos también.
La igualdad se puede aprender desde una edad muy temprana.O la fomentamos o no la aprenden.
Y la mejor forma de fomentarla es con el ejemplo.
Y no se nos ha ocurrido ningún ejemplo mejor que el de ser justos e
igualitarios en la entrega de premios: de los 20 galardones que hemos entregado, 10 han
sido para autores y otros diez para autoras. Mitad y mitad. Igualdad.
10 mujeres y 10 hombres poseen el mismo galardón.
Eso se debe a la voluntad de los organizadores que han querido tener en cuenta a ambos
sexos, tratarlos por igual, con el mismo respeto y sin necesidad de aplicar ninguna política de
protección.
Ha sido cuestión de voluntad. De la voluntad de ser igualitarios.
Y nos sentimos muy satisfechos por ello.
Es una enorme satisfacción haber convertido el Premio Cervantes Chico en un
premio igualitario.
Por eso agradecemos su apoyo a los que vieron con buenos ojos la
alternancia que pusimos en marcha hace ya muchos años. Definitivamente, el ejemplo es la mejor forma de enseñar cosas a los niños, a los adultos y a todo el mundo.
Lo hemos hecho por los niños y las niñas.
Con
todo cariño. Con todo respeto.
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